Jordi Cruz

“Si no te salen los saltos mortales, haz volteretas”

Tom Black: ¿Quién es Jordi Cruz?

Jordi Cruz: Cocinero. Un cocinero tenaz, que le ha metido muchas ganas, de pocas virtudes pero la que tenía clara es que quería ser cocinero. Creo que en la vida hay que saber elegir y hacerlo pronto, y más en un oficio que es artesano y que es muy vocacional. Y mi única virtud es esa, haber sabido cuáles eran mis limitaciones, qué me gustaba, en qué podía ser bueno y meter toda la carne en el asador. Y después soy una persona que le gusta hacerlo bien, metódica y constante.

TB: Hablan de que Jordi es tímido, ¿qué hay de verdad en eso?

 Jordi: Toda. Lo que sí creo es que uno se puede crecer. La timidez, como muchas otras cosas, te puede incomodar o no. A mí ser tímido me incomodaba, me gusta mucho la gente y me gustaría ser extrovertido. Hay que luchar contra eso, intentar superarlo y meterle ganas. Y todo en esta vida se aprende, siempre seguiré siendo un tímido pero sabré gestionarlo mejor o peor. A mí me gusta el superarme, me gusta el sabor de superarte a ti mismo y de poder liberarte de esas cosas malas que te atan.

Por ejemplo a nivel de cocinero, una de mis grandes virtudes o de las pocas que tengo es que gestiono muy bien el momento malo de la creatividad. Ese momento en que no hay ideas a mí me apasiona. Cuando ves nacer una idea, para mí es el mejor momento del proceso creativo, y la mayoría de cocineros lo temen, pero a mí me encanta y lo gestiono muy bien. Gestiono muy bien los malos momentos, porque soy de trinchera, vengo de la nada, vengo de pueblo, de familia numerosa, de un entorno más complicado sin ningún tipo de favoritismo y con la única ambición de superarme a mí mismo.

TB: ¿Qué es “El Abac”?

Jordi: Abac tiene dos significados. Uno es la mesa medieval donde se disponían regalos en las entradas de las casas y otro es el sistema de cálculo antiguo. Es un resumen de las dos cosas, es pasión y es gestión. Es un sueño que construimos muchos, creo que la gran virtud por mi parte es, no solo hacer de Abac mi sueño y el de mi socio, sino tener la capacidad de que todos los que estamos ahí, que somos más de 50 personas, lo vivan como un sueño propio. Hacer que todos sientan que es un proyecto vital para todos, de largo recorrido, que hay que pulirlo, que hay que mimarlo, que es una maratón, y que construimos un proyecto de larga duración. Un proyecto con el que poder construir a lo grande, grandes ideas, grandes salas, grandes servicios, grandes cocinas y eso se hace con equipo, con un equipo sólido que cada día da un paso hacia delante, pequeño pero hacia delante y ninguno para atrás. Abac es ese sueño compartido.

TB: ¿Cuál era tu sueño a los 15 años?

Jordi: Que mis padres estuviesen orgullosos de mí. Superar ese estigma de inútil que tenía y llegar a hacer algo con mi vida. Ser un buen cocinero. Con ser un cocinero completo, que supiera elaborar de la “A” a la “Z” de la cocina, del aperitivo al postre tenía suficiente. Sentirme útil y realizado cada día, era y sigue siendo la meta.

TB: Y si te pregunto ¿qué quieres ahora?

Jordi: No morir en el empeño. Porque se puede morir de fracaso y se puede morir de éxito. El éxito también hay que saber gestionarlo, hay que saber tener los pies en el suelo. Yo quería dejar de ser ese niño inocente y ahora creo que eso era un valor. Esa fuerza que me daba el sentirme chiquitín, el verlo desde abajo, esa ambición de querer subir creo que no la quiero perder y quiero mantenerla. Y eso se hace gestionando bien el éxito, sabiendo que eres el mismo de antes y que al final tienes que dar muchas gracias por lo que tienes porque no sólo eres tú, es también la suerte. Hay ingredientes que son tuyos pero muchos son por el azar o puestos por otras personas. Así que, intentar ser feliz. Yo conozco mucha gente rica que es muy pobre porque no es feliz y si tienes éxito en lo laboral, debes mimar también lo personal e intentar tener una vida completa.

TB: ¿Te acuerdas de cuál era tu plato favorito de pequeño?

Jordi: Si me preguntas rápido te digo macarrones a la boloñesa con mucho parmesano. Es un plato fácil que me encanta y que comería siempre.

TB: ¿Y si no hubieras sido cocinero qué habrías sido?

 Jordi: Arqueólogo, astrólogo, historiador,  zoólogo… Me gustan mucho la historia y los animales.

TB: ¿Qué es la cocina?

Jordi: La cocina es un oficio artesano, construido por muchísimos. Un oficio muy bonito, pero sacrificado para aquellos que no tienen vocación. Es un oficio de largo recorrido que si te gusta y se te da bien, si trabajar el fin de semana no te molesta, si echarle muchas horas a algo que te gusta te parece normal y si tienes vocación, las partes positivas superan de largo las negativas. Y si no es así, es un oficio terrible. Oficio artesano que con lo que tienes que tener suficiente es con dar placer a tus clientes y saber tratar un producto más allá de si tu cocina es tradicional o es creativa.

TB: ¿Qué es la experiencia para ti?

Jordi: La experiencia es algo que dan las muchas horas tras fuego, cuchara y cazuela.  Puedes tener mucha experiencia siendo joven, la da el mucho trabajo y la perspectiva. La persona que tiene experiencia es aquella que le mete horas, que vive algo con pasión, lo trabaja y acaba forjando un criterio. Un criterio basado en la perspectiva, en el ver mucho, en razonar, en ver los pros y los contras, el derecho y el revés.  La experiencia la da el comer, la da el vivir, la da el ser una persona equilibrada, sensata, que sabe ver lo que quieren los demás, la dan muchas cosas y cuanto más equilibro tienes en todas, más criterio y más experiencia tienes.

TB: ¿Qué es lo más importante para ti a la hora de hacer un plato para una persona?

Jordi: Ser realista. Un cocinero tiene unas herramientas, limitadas, que son lo que sabe, su virtud, su don y su talento. Tiene que ser, lo primero, coherente. Tienes que cocinar a esa persona lo que mejor sepas cocinar, no lo que te gustaría saber porque vas a meter la pata. Lo segundo, saber que le gusta, leer a esa persona. La mejor declaración de amor a una persona no es hacer lo que tú crees que le va a gustar. La mejor declaración es conocer los gustos de alguien, cocinar ese plato que le encanta en ese momento determinado, y presentar un plato que no tenga defectos, que esté perfectamente ejecutado y que sea lo que mejor puedes hacer.

TB: Nos comentas que habrías sido arqueólogo y ahora, estas montando gimnasios…

Jordi: Porque me gusta aprender. Yo tengo clarísimo que soy cocinero, tengo la suerte de tener una vocación total, pero me encanta aprender, tener cosas que seguramente sean puntuales en mi vida pero creo que se tienen que disfrutar. Me encanta aprender, superarme y evolucionar. Cuanta más información mejor, porque todo te saldrá mejor en la vida y todo se puede entremezclar. Es decir, todo te sirve para todo y todo te genera sinergias, y cosas positivas.

TB: ¿Qué prenda llevarías a una cena en la que tienes que sorprender a una mujer?

 Jordi: En la cocina, si no te salen los saltos mortales; haz volteretas. En la cocina hay que aprender a gatear, a andar, a dar volteretas y con suerte, saltos mortales. A la hora de vestir es lo mismo, tú te puedes pensar que eres el tío más elegante del mundo, y ser un hortera muy importante. Yo lo simplificaría. Primero vestir coherente de a dónde voy y a partir de ahí intentar con mi poco criterio ir lo más elegante y lo más vistoso posible. Yo voy construyendo mi criterio, antes iba muy de negro y eso era reflejo de mi timidez. Pero ahora estoy aprendiendo. Me sé sacar mucho más partido que antes, y esto es una cuestión de criterio.

TB: ¿Tienes alguna prenda favorita?

Jordi: Los tejanos. En mí día a día me siento cómodo con unos tejanos. Antes era muy de zapato, hasta que en Masterchef me empezaron a poner zapatillas de todos los colores y me siento muy cómodo. Ahora un traje bien puesto cuando toca, me encanta. Me parece genial y tengo que tener un traje que me quede de 10, o varios para distintos momentos. Pero unos tejanos, con  una americana, una camiseta  y unas zapatillas te funcionan para casi todo.

TB: ¿Qué consejo le darías a un joven que está luchando por su sueño?

Jordi: El más sencillo es que se ocupe de lo que puede controlar, de lo que tiene a un metro alrededor suyo. Tú te puedes preocupar de crecer, de tener criterio, de descubrir cuál es tú vocación, de intentar no humillar a nadie, de ser valiente, de muchas cosas…Pero no puedes controlar la opinión de los demás, si tendrás suerte o no, o si te ofrecerán mejores cosas o peores . Tienes que ser sensato, tener el máximo de virtudes y el mínimo de defectos como en un plato. No es malo ser ambicioso, pero la ambición desmedida es mala. No es malo creerte bueno, pero es malo creerte el mejor. Es una cuestión de equilibrio, de estar contento de que construyes una gran persona que eres tú mismo, y despreocuparte un poquito de lo que pasa a dos metros porque no tienes ni idea de lo que va a pasar y eso no lo puedes controlar.

TB: ¿Qué es para ti Tom Black?

Jordi: Criterio. Te lo ponen fácil. Soy una persona que se ha sentido muy hortera y aunque he aprendido muchas cosas, me encanta que me lo pongan fácil. Y en vuestra casa, lo que sentí desde el primer día es que te pones en mano de gente que va a procurar que, siendo tú mismo, te sientas guapo y elegante. Vas con confianza.