Jesús Calleja

“En el viaje reside el conocimiento”

 

Tom Black: ¿Quién es Jesús Calleja?

 Jesús Calleja: Ante todo soy una persona feliz y si hay problemas intento encontrar siempre el lado positivo para procurar ser el mayor tiempo de mi vida feliz. No soporto la infelicidad bajo ninguna de sus formas. A nivel personal, soy una persona muy inquieta que quiere aprovechar cada minuto de la vida y quiere ver el planeta de la forma más extraordinaria posible. Es decir, puedes viajar de dos maneras. Puedes viajar haciendo un viaje convencional como algo turístico, o puedes ver aquello de los países que la gente no suele ver. Entonces la aventura en realidad es una disculpa para hacer.

TB: ¿Leonés verdad? ¿Cuándo fue la primera vez que saliste de León?

 Jesús: Salí de León con mis padres que nos llevaron de vacaciones con 7 años a un pueblo en Asturias que se llamaba Cudillero. Irse a Cudillero era una auténtica aventura. Y llegar era más complicado que llegar a cualquier lugar de España. Pero mis padres tenían siempre claro, que había que empezar a viajar. Éramos una familia muy humilde, donde se iba de vacaciones como algo absolutamente extraordinario. Mi madre decía que todo lo que ella no había estudiado, deberían aprovecharlo sus hijos y que la mejor manera, era intentar salir de León y de España para ver que había, sobretodo, detrás de la frontera de los Pirineos.

Con 10 años nos recorrimos Europa cuando nadie salía de España, para intentar aprender cómo era Europa, porque mi madre decía que algún día llegaría a España y que deberíamos estar preparados. Desde pequeños nos metió la semilla del viaje, porque en un viaje reside todo, reside el conocimiento, reside el comportamiento, los modales y una apertura mayor de la apreciación de las cosas. Mi madre era una visionaria.

TB: Y desde entonces no has parado de volver, ¿Qué significa para ti?

Jesús: Nunca. Mira para mi León es como el campamento base y no quiero arraigarme a otro sitio, quiero mantener mis raíces en León. Vivo en un pequeño pueblo al lado de la montaña porque esto me obliga entrenar, a estar con mis amigos de toda la vida. Me gusta la montaña, entrenar y estar con mis amigos de toda la vida, exactamente lo mismo que he hecho antes de que estuviera en la televisión. Por eso es mi campamento base, que es inamovible.

TB: Y si te digo de perderte en un sitio ¿También elegirías León?

 Jesús: Mi campamento es León, sé que ahí viviré siempre y luego hare mis escapadas a ciertos rincones del planeta. Y bueno, especialmente hay un país, Nepal, que me atrapa considerablemente donde incluso tengo una casa y todos los años tengo que ir porque para mí es algo muy especial.

 

TB: ¿Cómo se pasa de montar una productora, a hacer un programa que se conoce ya no solo en España sino en el resto del mundo y viajar con políticos, artistas…?

Jesús: Lo más importante no es perder los orígenes de uno, ni las raíces y saber que nadie regala nada. Nacer en León y vivir en León es muchísimo más difícil que nacer en una gran ciudad. Las grandes ciudades están llenas de oportunidades grandes y las pequeñas ciudades dan oportunidades pequeñas. Y cuando tienes pocos recursos y menos oportunidades, desarrollas otra parte, como buscarte la vida. Como planificar algo e ir a por todas para conseguirlo. Entonces se junta que los que nacimos en ciudades pequeñas siempre tenemos ese instinto de supervivencia más agudizado y después que yo jamás renuncio a nada. Cada vez que tengo un objetivo, soy tan obsesivo que lo persigo por encima de viento y marea. La palabra imposible la he oído muchas veces y basta con que me digan esto es imposible para que me pique más y lo haga.

Yo tenía una idea en mi cabeza de lo que quería hacer y lo que echaba de menos en televisión. Había que dar una vuelta de 180 grados a los documentales. El documental debe de tener vida. A mí me gusta poner vida a las historias y que una persona viva una historia de verdad  y que la cuente. No siempre es todo maravilloso, también sufres, lo pasas mal y  hay momentos de mucha inquietud porque es muy duro. Pero eso nunca salía en los documentales. Yo quería esa parte del documental, donde pongamos una cara a una buena historia.

Yo salí a escalar al Everest con una cámara en mano y después tuve la osadía de salir a venderlo. Al final la idea no solamente la concebí, sino que la perseguí hasta el momento final y así surgió Desafío Extremo. Con Planeta Calleja quería convertir el programa en un referente, se tenía que convertir en algo aspiracional. Hemos conseguido que los políticos más relevantes o los cantantes más aclamados quieran estar con nosotros porque han visto que es un programa de verdad y que el glamour a veces no está en las fiestas. Es un viaje aspiracional que no puedes comprar ni en la más exclusiva agencia de viajes.

TB: ¿Cómo es jugarse la vida en cada uno de tus viajes?

 Jesús: Ahora ya no es jugarse la vida. No me gusta decir jugarse la vida, porque la vida es tan hermosa que yo soy incapaz y a veces tengo mucho miedo. Y como tengo mucho miedo, he encontrado esa línea que no hay que traspasar nunca. Cuando estoy al borde, me asomo al abismo y cuando me he asomado me echo para atrás, nunca me he jugado la vida. Los cementerios están llenos de héroes y yo he visto compañeros en las montañas, sobre todo en el Himalaya, que han desaparecido porque han traspasado esa línea.

 

TB: ¿Qué significa para Jesús Calleja la palabra rutina?

Jesús: No tengo rutina. Aunque me gusta mucho la rutina del desayuno. Me levanto por la mañana y mi desayuno es bastante copioso, y tardo en hacerlo. Soy bastante exigente porque es la parte más importante y energética del día y me lleva 45 minutos como mínimo. Además me divierte mucho porque es cuando voy viendo todas las noticias del mundo. Empiezo siempre por los periódicos económicos y luego los generalistas. Porque al final cuando lees los periódicos económicos es cuando te das cuenta  de la verdad de tu país o de otros países vecinos. Aprendí porque me enseño un gran alpinista amigo mío que se llama Carlos Suarez que me dijo, empieza a leer periódicos económicos y empezaras a comprender las noticias. Le hice caso y desde entonces tengo esa rutina diaria en mi vida esté donde esté del mundo.

TB: Para una persona que vive constantemente superando retos, ¿pierde el miedo?

 Jesús: Sin miedo en este trabajo estas muerto pero tienes que tener cuidado de no entrar en pánico. Yo por eso siempre me informo, me preparo y llego siempre hasta esa línea. Así que disfruto. Pero hay veces, que por otro lado la actividad que hacemos es tan diferente y extrema, que sí que hemos estado en alguna ocasión a un nivel muy preocupante. Recuerdo que casi nos hundimos con un velero en la Antártida, y cuando nos bajamos el agujero más profundo de la tierra estuvimos en el límite absoluto. En esas situaciones que crees que estas a punto de morir y te entra el pánico, te bloqueas tanto que dejas de pensar, de actuar, y dejas de tener capacidad para solventar el problema. El pánico te paraliza. Nosotros hemos llegado a estar en pánico en alguna ocasión y entonces, nos entra un ataque de risa, en el peor momento posible. Te ríes, y es como un bálsamo que lo desengrasa todo.

 TB: Jesús, personas influyentes como tú ¿No crees que pueden hacer una gran labor social?

Jesús: Claro que la hacemos. Para mí es un parte muy importante de mi vida. Yo creo que a veces mi vida cambio tanto, de estar completamente tirado casi económicamente muy justito a de repente tener este vuelco de vida que a veces tengo la sensación de haberme colado en una fiesta que no me pertenece. Me ha venido de repente todo, y entonces te das cuenta de que tienes que devolver algo de alguna manera. Si tu solo acumulas dinero y gastas en cosas, al final te genera intranquilidad.

Ahora nos hemos ido a Nepal. Hice una recaudación a través de redes sociales y llevamos 6 camiones con materiales y comida para 6 meses para 2000 personas, y reconstruimos unas 475 casas, una escuela y una carretera en el epicentro del terremoto donde todavía no había llegado nadie. Siempre hay lugares que vamos al mundo que nos hacen volver fuera de cámaras para ayudar, y no es algo de lo que vayamos alardeando.

TB: Hablemos ahora de estilo. ¿Cómo definirías tu estilo?

Jesús: Yo creo que soy bastante atrevido. Me gusta seguir la moda, y a veces me despisto con ella. Soy un tío tan vitalista que me gustan los colores y a veces me equivoco porque no se combinar los colores y cuando me riñen o alguien se ríe de mí,  es cuando ya empiezo a gestionar un poco más la ropa pero al final he encontrado varias marcas que van con mi estilo y me adapto a ellas.

 

TB: Te acabas de hacer tu primer traje a medida, ¿qué te ha parecido la experiencia?

Jesús: Me ha parecido divertidísimo, parece que estaba en la película de James Bond. Ha sido muy divertido, una experiencia muy bonita y que creo voy a repetir. Sentirse guapo y cómodo es bonito. Una experiencia que hay que repetir y que me parece muy memorable y que hay que alagar que siendo jóvenes como sois os hayáis metido en este negocio y hayáis re-fundado la sastrería. Habéis sacado un negocio que estaba en el olvido, y era antiguo y quizá añejo y oxidado y lo habéis convertido en un negocio moderno, divertido, que te ayuda y te aconseja.

TB: Si pudieras dar un consejo a una persona que está luchando por conseguir su sueño, ¿qué le dirías?

Jesús: Lo primero que diría es que tienes que creértelo tú, y convencerte. Yo he cambiado muchas veces de vida, porque he sido peluquero, antenista, guía de viajes y mi truco cuando voy a dar un cambio en mi vida, es apagar teléfonos, desconectarme del mundo y encerrarme en casa. Y no salgo de ese encierro hasta que encuentro la respuesta a lo que quiero hacer y si va a funcionar. Esta es la única manera de convencerte. Muy importante también es ponerle fecha a las cosas. Si yo tomo una decisión, ese día se pone en marcha. Porque si no las dudas se alargan en el tiempo; por eso hay que tener siempre determinación, hay que ser audaz, no tener miedo al fracaso, porque es una parte esencial para tener esa decisión, poner fecha a un proyecto y no tirarse a la aventura sino pensarlo muy bien y tener las cosas claras. Si tienes estos ingredientes, casi seguro que te va a funcionar. Por eso no hay nada imposible. Es una cuestión de convencimiento, y los leoneses para eso somos bastante testarudos.