Eduardo Dávila Miura

“Yo no quiero un torero que no pase miedo”

Tomó la alternativa en La Maestranza, el 10 de Abril de 1997, pero su amor por el toro venía de nacimiento. La primera vez que toreó no había cumplido los ocho años. Decidió dejarlo en su mejor momento, pero hasta diciendo adiós cortó dos orejas…El pasado mes de  Abril reapareció en Sevilla ofreciendo, sin duda, la mejor estocada de la Feria de Abril.

Tom Black: ¿Quién es Eduardo Dávila Miura?

Eduardo:  Alguien de Sevilla, perfectamente normal, que ha conseguido el sueño de ser matador de toros, de ser torero, la profesión más bonita que existe. He tenido la suerte de dedicarme a mi pasión, mi vocación y mi afición, por eso nunca he tenido la sensación de ir a trabajar. Yo me recuerdo desde chico jugando al toro, toreando.

TB: Si echas la vista a atrás y vieras al Eduardo de doce o catorce años…

Eduardo: Le diría que luchase por llevar su vocación hacia delante, que confiara en él mismo. Si un chaval de esa edad me pidiera consejo, le diría que luche por lo que le gusta, que hoy en día poder hacer lo que uno quiere, desarrollar su pasión, y su ilusión es de las cosas más importantes para ser feliz, independientemente del dinero y de todo. Dentro de ser responsable, siempre que haya una mínima posibilidad, la felicidad de la persona se puede basar en acertar al casarte y en conseguir hacer lo que a uno le gusta. Me imagino que habrá gente que no sabrá lo que le gusta y eso para mi es digno de lástima.

Descubrir qué te gusta, qué te apasiona eso hace que no tengas horas para tu trabajo, es una de las claves en la vida.

TB: Es la primera vez que entrevistamos a un torero, si te preguntara, ¿qué es el toro, qué me dices?

Eduardo: Para mí es el animal más importante que existe, yo se lo debo todo. Una definición muy buena se la escuché a mi abuelo, Eduardo Dávila Miura,  decía que “el toro era el animal capaz de hacer sentir al hombre las más fuertes emociones”.

TB: ¿Y qué es el miedo?

Eduardo: Yo creo que el miedo es algo fundamental en la vida para cualquier persona, es verdad que yo pertenezco a una profesión donde el miedo está muy presente. Miedo pasamos todos porque responsabilidad tenemos todos y eso lo que te hace ser capaz de tirar hacia adelante. Yo no quiero un torero que no pase miedo, ni quiero un ejecutivo o un directivo que tenga que tomar decisiones importantes que no sienta miedo, porque no sería buena señal. Cuando eres responsable tienes que sentir miedo, ser capaz de vencer ese miedo y que te sirva como palanca para triunfar. La mayor satisfacción que puede tener un profesional es vencer ese miedo.

 

TB: Te conozco como Eduardo Dávila Miura, ¿Cuál es la responsabilidad de ser Miura?

Eduardo: Si es una responsabilidad, pero tampoco hay que pensar que es una responsabilidad excesiva, es verdad que Miura se ha llegado a convertir más que en un apellido casi en una marca pero yo me lo tomo con normalidad, al final se trata de ser una persona educada, honesta, fiel con tu profesión y con la verdad por delante. Sabiendo que hay gente que hace cosas mucho más importantes que tú.

TB: Me ha impactado desde siempre el momento en el que un torero se planta delante de un toro, a poca distancia, mirándole a los ojos… ¿Qué se te pasa por la cabeza?

Eduardo: Ten en cuenta que a nosotros los toreros lo que realmente nos gusta, aunque nos cueste mucho trabajo, es ponernos delante de un toro y torear. Ésa es la sensación que hace que te sientas distinto a todo el mundo. Igual que te digo que fuera de la plaza me gusta ser una persona normal, cuando entro en la plaza no me considero así porque muy poca gente es capaz de hacerlo, y por lo que yo vivo con el animal. Son sensaciones únicas que hacen que después de torear quieras volver. Ese miedo, esa incertidumbre, y lo que te transmite el animal al pasar cerca tuya… hay algo.

TB: ¿Cuándo toreaste por primera vez?

Eduardo: Tendría siete u ocho años. La sensación de miedo y a la vez de alegría al ponerme delante de la becerra al terminar no se me olvidará en la vida. Nunca he vuelto a sentir nada igual toreando. También porque seguramente era la primera vez. Fue cuando se encendió la llama.

TB: ¿Los toreros nacen o se hacen?

Eduardo: Yo creo que el torero nace, luego por supuesto te tienes que hacer como profesional pero tiene que haber algo ahí. La gente del toro creo que tiene algo especial, un sello.

TB: Los toreros tienen mucha fama de ser elegantes.

Eduardo: Ser torero es mucho más que las dos horas que estás en la plaza, es una profesión que debe de marcar a la persona, convertirse en una forma de vida. A mí me gusta cuidar mi ropa de torero, pues lo mismo me ocurre en la calle, y si encima represento una profesión como es la de torero con más razón.

TB: Traje a medida.

Eduardo: Se dice que para ser torero primero hay que parecerlo, entonces sería la prenda ideal. Yo cuando me visto de torero busco el color, los bordados, el sastre y que con ese traje esté a gusto y me sienta torero y lo mismo a la hora de ir a una cena, una reunión…

TB: Hay una pregunta que me han pedido que te haga, ¿Qué es para ti la Maestranza?

Para mí es el sitio más importante de mi ciudad, de Sevilla, al que le tengo un gran respeto. Es un templo, donde he sentido y han pasado tantas cosas… ha habido triunfos, se ha derramado sangre de compañeros míos… La Maestranza es un templo y una plaza única.

Para ti, como sevillano, ¿cuál es ese color especial que tiene Sevilla?

Sevilla es una ciudad especial pero porque el sevillano es especial. Yo nací en Sevilla y me considero sevillano por los cuatro costados, y el viajar mucho me ha hecho abrir la mente y si me tuviera que ir a vivir a otro lugar me iría, pero por supuesto como en Sevilla en ningún lado. El sevillano es una persona especial en la forma de vida, en los amigos, en la forma de celebrar las fiestas. Sevilla es una ciudad de rituales que se siguen manteniendo y esa es la gracia para todo que hace que Sevilla sea especial.

¿Qué es para ti Tom Black?

Desde que os conozco, evidentemente me representa mucho más allá que una marca de ropa, porque veo que es una empresa joven, con ilusión y valiente.